En esta nueva columna de «El Chaco Cine» estuvimos hablando con Martin Peinado en Radio La Ranchada sobre cine argentino y haciendo enfoque en la vida y obra de Pablo Trapero.

Pablo Trapero es uno de los directores más influyentes del cine argentino y un referente clave del Nuevo Cine Argentino. Nacido en San Justo, La Matanza, este cineasta ha logrado conquistar tanto la crítica como al público con su mirada cruda y profunda sobre la realidad social de Argentina. Para comprender su obra, es fundamental revisar el contexto en el que surgió el movimiento del Nuevo Cine Argentino, una corriente que significó una ruptura con las formas tradicionales de hacer cine en el país.

El Nuevo Cine Argentino: Un giro hacia la realidad

El Nuevo Cine Argentino emerge en los años 90 y 2000 como una respuesta a las estructuras del cine convencional. Las películas de esta corriente buscaban retratar un panorama más realista, crudo y despojado de la épica tradicional, con historias más cercanas a la vida cotidiana. La estética visual también se transforma, utilizando cámara en mano, planos secuencias, y actores no profesionales para acercar al espectador a una experiencia más visceral.

Este movimiento nace en un contexto cinematográfico y político específico. En 1994, la Ley de Cine estableció el Fondo de Fomento Cinematográfico y la autarquía del INCAA, lo que promovió el crecimiento de la industria nacional. A partir de este marco, los concursos del INCAA como Historias Breves dieron espacio a nuevos directores como Lucrecia Martel, Adrián Caetano y Bruno Stagnaro. Trapero también fue un beneficiario de esta nueva dinámica, y desde su primer filme, Mundo Grúa, empieza a trazar su camino en el cine.

El camino de Trapero: Realismo social y una mirada crítica

La ópera prima de Trapero, Mundo Grúa (1999), es un claro ejemplo de los principios del Nuevo Cine Argentino. La película narra la historia de Rulo, un hombre que busca trabajo en la construcción pero, tras la paralización de las obras, se ve obligado a reiniciar su vida desde cero. No hay heroísmo ni épica; es simplemente un hombre tratando de sobrevivir en un mundo que no le da muchas oportunidades. Este enfoque realista y la falta de adornos son características clave en las obras de Trapero, que siempre se centran en la vida cotidiana y las luchas de los más vulnerables.

Tras este éxito, Trapero funda Matanza Cine, su propia productora, y a partir de allí comienza a desarrollar su carrera como director, explorando temas de gran relevancia social y política.

La crítica institucional y la exploración de submundos

Una de las marcas registradas de Trapero es su capacidad para explorar instituciones tradicionales y los submundos que las componen. En El Bonaerense (2002), aborda la corrupción dentro de la policía y las desigualdades que enfrentan tanto los suboficiales como los civiles. En Elefante Blanco (2012), la Iglesia es el centro de su mirada, mostrando cómo los sacerdotes trabajan en las villas y barrios populares, mientras las fuerzas externas (como la política y los intereses económicos) afectan directamente la vida de los habitantes. También el área de hospitales con Carancho (2008), desnuda todos los arreglos entre abogados y médicos para conseguir pacientes que hayan sufrido accidentes de autos.

Por otro lado, en Leonera (2008), Trapero se adentra en el sistema penitenciario y la maternidad dentro de las cárceles, otro submundo que raramente es explorado en el cine argentino. En todas sus películas, las instituciones no solo son un escenario, sino también un medio para entender las dinámicas sociales y las luchas humanas que ocurren dentro de ellas.

La familia: Un tema recurrente

A lo largo de su carrera, Trapero también ha mostrado un interés profundo por las dinámicas familiares. Películas como Familia Rodante (2004) y La Quietud (2018) exploran las relaciones dentro del núcleo familiar, con todos sus complejos y tensiones. En El Clan (2015), aunque en menor medida, la familia también ocupa un papel central, mostrando cómo las relaciones familiares pueden ser tan disfuncionales como peligrosas.

Una constante en la obra de Trapero es la participación de Martina Gusman, su musa artística y compañera de vida, quien ha interpretado diversos personajes a lo largo de las películas del director. Gusman ha sido fundamental en la construcción de los personajes más complejos de Trapero, mostrando su enorme capacidad actoral en cada interpretación.

Trapero: De cineasta local a internacional

Al igual que un futbolista que empieza en las divisiones inferiores y luego se abre paso en grandes ligas, Trapero ha llevado su carrera al ámbito internacional. En 2020, dirigió varios episodios de la serie ZeroZeroZero, una producción de Amazon que recibió gran reconocimiento. Este hito marcó su expansión fuera del cine nacional, y en el futuro, Trapero dirigirá su primera película en inglés, & Sons, con Matt Smith y Noah Jupe, entre otros actores.

Un director imprescindible

Pablo Trapero es un director que ha logrado crear una obra cinematográfica única, marcada por su mirada cruda y realista de las problemáticas sociales de Argentina. Su estilo directo, sin adornos, y su capacidad para explorar los submundos de las instituciones lo han convertido en un referente no solo del cine argentino, sino también a nivel internacional. Sus películas, cargadas de crítica social y sensibilidad humana, siguen siendo una pieza fundamental para comprender el estado de la sociedad y la cultura argentina. Trapero es, sin lugar a dudas, uno de los grandes maestros del cine contemporáneo.