Foto: Alan Valdez
El viernes por la noche, Córdoba volvió a respirar rock. Guasones se presentó en La Plaza de la Música con un show cargado de clásicos, energía y una conexión única con su público, que respondió con saltos, coros y pasión inagotable.
Desde el arranque con “Pobre Tipo”, quedó claro que no habría tiempo para calentar motores. El público —fiel, intenso, tatuado con la G en la piel— respondió desde el primer acorde. Lo que siguió fue una hora y media de pura entrega, donde el repertorio funcionó como una máquina de emociones bien aceitada.
Hubo un recorrido por todos los discos, con temas infaltables como “Reyes de la Noche”, “Farmacia”, “Como un lobo” y “Me muero”, entre otros. Y también hubo espacio para una joyita que emocionó a los más antiguos: “La flaca Pili y el negro Tomás”, del primer álbum de la banda, fue una de esas sorpresas que valen oro.
El show fue también una muestra más del aguante guasonero, ese que se ve en cada remera, bandera, tatuaje y garganta al rojo vivo. Porque no importa cuántas veces hayan venido: cada show de Facu Soto y compañía en Córdoba se siente como una cita especial, una noche con amigos, pogo incluido.
Y hablando de eso: el pogo fue protagonista. Intenso, constante, y con ese sabor a ritual que solo el rock argentino puede generar. La Plaza tembló —literal— al ritmo del corazón de los fans.
Una vez más, Córdoba ratifica que el rock no pasa de moda: está vivo, se canta, se baila, se grita. Y si de prender la chispa se trata, Guasones sigue siendo garantía de noches inolvidables.
Vamo los guasoooo!








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